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Pandemia en Paraguay: un dilema en torno al acceso al agua

Pandemia en Paraguay: enfermar o no enfermar, un dilema en torno al acceso al agua

A inicios de marzo de 2020 el gobierno comenzó a tomar medidas de contingencia drásticas para ralentizar la expansión del virus Covid-19, al tiempo de hacer enfáticas recomendaciones para prevenir el contagio, entre ellas: el lavado permanente de manos, limpieza y desinfección de todo tipo de superficies. Sin embargo, enseguida, además de la alarma desatada por la pandemia, innumerables comentarios en tono de denuncia inundaron las redes sociales en Paraguay: la gente no tenía agua potable. ¿Cómo es posible no enfermar en un país que no garantiza un derecho humano básico?

Tanto en Facebook, Twitter e Instagram, personas de distintos barrios de Asunción y Gran Asunción, relataban su situación y en la mayoría de los casos, adjuntaban fotografías y videos como prueba de la falta de agua potable. Las críticas disparadas contra la Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (ESSAP), que es una corporación estatal, fueron contundentes, porque no era un problema nuevo, sino que se trataba, de acuerdo con los relatos, de un drama de larga data que empeoró apenas comenzó la pandemia, aumentando el riesgo de enfermar de la gente.

En las denuncias había puntos en común, entre ellos, resaltaba que la falta de agua no era algo puntual de una manzana, un barrio o zona, y tampoco era cuestión de eventos aislados. Susana Sartorio, que vive en la capital del país, señaló que en su caso el problema de falta de agua venía desde hacía al menos tres meses, que el agua se cortaba durante al menos ocho horas de cada día y que en la entidad encargada del servicio alegaban que ella vive en una zona alta y ese era el motivo del problema. “Es una verdadera vergüenza”, sentenció.

“Baja presión desde siempre, no sube al segundo piso, cansados de esa situación compramos un tanque de mil litros con motor y ahora hace más de una semana que estamos con cortes constantes. Antes por lo menos había (agua) de madrugada, ahora ya ni eso. Y como consecuencia de la falta de agua ya ni el tanque se puede recargar”, detalló la señora Romina Fernández, quien reside en el departamento Central, específicamente en la zona sur de la ciudad de Fernando de la Mora.

Además de los inconvenientes para el aseo y la protección de la salud en la vida diaria, algunas personas explicaron que además la falta de agua supone gastos importantes y en algunos casos incluso pérdidas de ingresos, lo que generó aún mayor molestia de la gente dado que el gobierno actual, apenas inició su periodo, había aumentado en un 22% el costo del servicio.

“Tres meses sin agua, perdimos nuestro inquilino porque ya no salía agua en el departamento que le alquilábamos. Es inhumano, cruel, lo que está haciendo la ESSAP con nosotros, perjudica nuestra salud y nuestra economía”, resaltó Rosa Méndez, quien reside en el barrio Tacumbú de Asunción.

Otras personas pusieron el foco sobre el riesgo que suponía recoger y reservar agua en distintos tipos de recipientes, como botellas de plástico, ollas, baldes, tachos, ya sea para beber, cocinar o asearse mínimamente, ya que en ese momento Paraguay se encontraba en pleno desarrollo de una de las peores epidemias de dengue de los últimos tiempos.  Por otro lado, algunos usuarios del servicio apuntaron a la salud mental, asegurando que vivir pendientes de juntar agua de madrugada o de no poder asearse, realizar los quehaceres, modificar las rutinas diarias según el horario en que hubiese agua para cuidarse de enfermedades, suponía altos niveles de estrés al igual que sobreesfuerzo físico.

Los y las usuarias en general manifestaron sentirse desamparados ante una situación que calificaron como “inhumana” y que además está invisibilizada, ya que la ESSAP simplemente no da respuestas a los reclamos e incluso a las manifestaciones que se han hecho en distintos barrios para reclamar un buen servicio.

“La factura viene como si fuera que tenemos agua todos los días. Llegar a tener que comprar tanques de agua, cuando pagamos por un servicio no es justo y es una vergüenza”, soltó una usuaria en Facebook, en medio del torrente de fotos, videos y relatos que daban cuenta de la gravedad de la situación.

El problema afectó a miles de usuarios en un momento en que las autoridades de salud alertaban sobre la potencia de expansión del virus y la catástrofe que podía generar al sistema de salud. En medio del caos, la gente se vio sola, sin respuestas concretas ni inmediatas, con su salud mental y física afectadas y con gastos evitables, sobre todo en un contexto de pandemia, que tanto afectó la capacidad económica de la gente.

Hasta el 20 de febrero de 2021, se tuvieron 151.718 casos de Covid-19 en Paraguay y la mayoría de los casos se dieron en Central y Asunción, con 54.883 y 29.736 casos, respectivamente. Justamente estas son las zonas más castigadas por el deficiente sistema de distribución de agua potable, un drama que tampoco parece ser prioridad para el gobierno.

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