La cumbre realizada del 17 al 20 de setiembre, abrió un espacio de encuentro de la palabra y el pensamiento de los pueblos originarios, a través de sus comunicadores indígenas, sitio para la reflexión sobre los grandes problemas que enfrenta la comunicación indígena, para impulsar las fortalezas y los logros alcanzados en distintos espacios, con miras a la Cumbre Continental de Comunicación Indígena a realizarse en La Paz el año 2016. Participaron comunicadores indígenas y representantes de organizaciones indígenas de Bolivia, Argentina, Ecuador, Colombia, Guatemala, Venezuela, Canadá, México, Chile, Paraguay, El Salvador, Costa Rica, Perú y Honduras.
La bienvenida a la CSUTCB estuvo a cargo del comunicador quechua del Departamento de Potosí, Jacinto Rodríguez, posteriormente el Ejecutivo Nacional de la CSUTCB, Damián Condori, destacó la labor y el aporte de los comunicadores de las organizaciones nacionales agrupados en CAIB y la importante movilización no solo nacional sino continental que significa la Pre-Cumbre de Comunicación Indígena Originaria Campesina.
Durante este encuentro los delegados internacionales visitantes destacaron la fortaleza y la unidad del movimiento indígena originario campesino en Bolivia y los avances en el campo del ejercicio de sus derechos y específicamente la comunicación.
Qué es la comunicación indígena, qué significa descolonizar la palabra, son interrogantes que estuvieron presentes en los debates de la Pre-Cumbre recientemente realizada.
La defensa de la cultura, de la lengua, de los territorios y de la Pachamama serían algunas de las características de esta comunicación, según afirman varios de los participantes. A diferencia de otros medios, “los medios comunitarios o indígenas tienen una responsabilidad mucho más amplia, más profunda, que tiene que ver con la espiritualidad, con la diversidad, con la manera de ver el mundo”, señaló el representante de Ojo de Agua de México, en un panel sobre el sentido y la visión de la comunicación indígena.
Jeannette Paillan, coordinadora general de la Coordinadora Latinoamericana de Cine y Comunicación de Pueblos Indígenas -CLACPI- destacó cómo los comunicadores y comunicadoras, “con nuestro aporte, con nuestro discurso, con el trabajo cotidiano que hacemos, estamos aportando a un cambio de mentalidad, a este proceso a que apuntamos de descolonización, a recuperar nuestra propia identidad y nuestras propias formas de comunicación”.
Félix Cárdenas, viceministro de descolonización de Bolivia, destacó en una conferencia que, para descolonizar, primero hay que saber quiénes somos, cuál es nuestra identidad, qué significa ser boliviano en un país con 36 culturas e idiomas. La identidad no es qué se hace, cómo se viste, ni dónde se vive, enfatizó, sino que “es una estructura mental”. Pero esta construcción debe hacerse con equilibrio, no con fundamentalismos, advirtió Cárdenas. Dio como ejemplo la lengua española que, si bien es colonial, y además está llena de terminología colonial y patriarcal (a la que habría que buscar depurar), no obstante, es lo que permite intercomunicar.
José Ignacio López Vigil, de Radialistas, en la conferencia inaugural, destacó cinco desafíos para descolonizar la palabra: la palabra colectiva (con diálogo, no autoritaria), la palabra sencilla (entendible), la palabra alegre (con humor), la palabra inclusiva (para despatriarcalizar la comunicación) y la palabra de la Pachamama (liberadora, rechazando los discursos violentos o racistas).
La comunicación indígena en debate
Muchos/as participantes lamentan que la comunicación es vista a menudo como un simple apoyo técnico. Destacan que es importante que las propias comunidades y en particular los líderes y dirigencias de los pueblos entiendan que la comunicación es transversal a todo el quehacer de los pueblos, y que es profundamente política. Allí donde se ha logrado esta compresión, ha sido posible hacer un trabajo comunicativo mucho más efectivo y profundo, de la mano con los líderes espirituales, señalaron. Justamente en este camino, se reafirmó la importancia de que las los encuentros de comunicación indígena puedan seguir su propio proceso de organización y reflexión, eso sí, estrechamente vinculado con las organizaciones y con los procesos más amplios, como las cumbres continentales indígenas, aunque sin subsumirse en ellos.
La Pre-Cumbre tiene justamente como propósito la preparación de la III Cumbre Continental de Comunicación Indígena a realizarse en Bolivia en 2016. Para Iván Sanjinés, director del Centro de Formación y Difusión Comunicacional (CEFREC) de La Paz y uno de los coordinadores del evento, se espera que la Pre-Cumbre permita definir orientaciones, mecanismos y tareas para que se pueda sacar el máximo provecho de los dos años que quedan para organizar la III Cumbre. Justamente, señala, uno de los problemas cuando se llega a una Cumbre sin que se haya dado el debido proceso preparatorio, es que se termine hablando de los temas en forma general, sin posibilidad de profundizar. Uno de los retos sería cómo traducir las propuestas generales en acciones que permitan resultados concretos (pasantías, intercambios sobre el trabajo) y afinar mecanismos para aprovechar mejor las oportunidades que se tienen.
“Queremos comenzar a sentir que las cumbres ya no son sólo un espacio en el cual debatimos, hacemos reclamos, interpelamos a los estados, proponemos; sino que también vayamos construyendo, en lo concreto, una posibilidad de comunicación que sea un aporte, no solo a lo indígena, sino a la sociedad en general y al mundo –enfatizó Sanjinés-. Sabemos que en el mundo actual la comunicación juega un papel, pero muchas veces un papel muy negativo; entonces tenemos que contraponer para salvaguardar lo cultural, para que en ese diálogo de las culturas, los no indígenas entiendan qué son las culturas indígenas, sus cosmovisiones y aspiraciones. Son culturas que tienen derechos reconocidos en lo internacional y que reconstruyen sus medios de comunicación con planteamientos diferentes de otros medios, que deben ser respetados por los Estados, por las sociedades, tendiendo los puentes de ese diálogo, y no siendo simplemente un reducto de la comunicación para los indígenas desde los indígenas, sino desde la mirada de la interculturalidad plena”.