Los líderes y lideresas de la Organización Indígena de Antioquía, con quienes los miembros de la FAPI vienen llevando adelante el proyecto #Defensores emitieron un posicionamiento de denuncia ante el atropello de grupos armados a la comunidad indígena Santa María, ubicada en el resguardo de Majoré, municipio de Urrao, Antioquía, Colombia, cuyos miembros tuvieron que abandonar su territorio y verse obligados a desplazarse y refugiarse temporalmente en la escuela de la comunidad Llano Jacinto, en el mismo resguardo, donde permanecen desabastecidos, hacinados y confinados. Asimismo, denunciaron el alto riesgo que viven 1000 familias de los resguardos Valle de Pérdidas y Andabú. «Queremos hacer un llamado urgente a las instituciones humanitarias de todo nivel, para que se haga un acompañamiento civil y humanitario, hoy las comunidades indígenas de Urrao, están en alto riesgo y queremos bajo cualquier circunstancia evitar un desplazamiento masivo al casco urbano del municipio», señala parte del comunicado.
Desde la FAPI nos solidarizamos con nuestros hermanos indígenas de Colombia por esta situación de violencia y atropello a sus derechos, más aún en este tiempo de pandemia, poniendo en riesgo su salud.
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A continuación, compartimos el comunicado completo:
La Organización Indígena de Antioquia y su Consejo de Gobierno Mayor, denuncian a la opinión pública nacional e internacional, el más reciente hecho en materia de derechos humanos que afecta a 70 familias indígenas del municipio de Urrao, suroeste antioqueño, Colombia, que por presión y presencia de grupos armados al margen de la ley en el resguardo Majoré, se han visto en la obligación de abandonar su comunidad, desde el viernes 24 abril para salvaguardar la vida, pese a que el resguardo en mención cuenta con una protección colectiva de la Unidad Nacional de Protección, hecho que no sólo pone en alto riesgo a las familias desplazadas, sino a otras 1.000 familias de los resguardos Valle de Pérdidas y Andabú.
Hay que señalar que las familias indígenas hoy desplazadas desde su comunidad Santa María, se refugiaron temporalmente en la escuela de la comunidad Llano Jacinto del mismo resguardo Majoré, donde permanecen desabastecidas, confinadas y hacinadas, justo ahora cuando en el mundo nos enfrentamos a una pandemia que exige mínimos de distancia entre personas y de salubridad, hecho que hoy pone en doble riesgo a quienes por cuenta de la guerra tienen que someterse a un confinamiento obligatorio desde la firma del Acuerdo Final de Paz.
Queremos hacer un llamado urgente a las instituciones humanitarias de todo nivel, para que se haga un acompañamiento civil y humanitario, hoy las comunidades indígenas de Urrao, están en alto riesgo y queremos bajo cualquier circunstancia evitar un desplazamiento masivo al casco urbano del municipio.
Es necesario señalar que la presencia de actores armados en los últimos dos meses ha venido aumentando en distintos territorios indígenas del departamento, sometiendo a comunidades enteras un doble confinamiento, especialmente en los municipios de Frontino, Murindó y Vigía del Fuerte, donde muchas familias se han visto sin alimentos por las limitaciones de movilidad en sus territorios y el temor a ser víctimas de artefactos explosivos que se han instalado en territorios indígenas, mismos que en lo corrido del año, le ha cobrado la vida a dos niños indígenas del municipio de Frontino.
Insistimos como organización que los territorios indígenas son territorios de paz y que el compromiso de las comunidades es buscar estrategias para que este sueño de país sea un hecho, por lo que reiteramos nuestra exigencia pública a los distintos actores armados, legales e ilegales, a respetar los territorios indígenas y bajo ninguna circunstancia hacer tránsito por los mismos.