Con ocasión del artículo de prensa publicado bajo el título ‘INDIOS DE MIERDA’, en el cual el periodista Miguel H. López denuncia y reproduce expresiones graves atribuidas a Luis Aníbal Schupp, en el periódico Ultima Hora, en fecha 26 de febrero del corriente año, la FAPI manifiesta cuanto sigue:
Rechazamos de la manera más firme, el odio racial y la apología al crimen de genocidio que públicamente se han puesto de manifiesto en las grabaciones reproducidas a través de dicho medio de prensa escrita. La FAPI, convencida de que toda expresión de superioridad basada en la diferenciación racial es científicamente falsa, moralmente condenable y socialmente injusta y peligrosa, y de que nada en la teoría o en la práctica permite justificar, en ninguna parte, la discriminación racial.
En este sentido, en virtud de la Ley 2128/03 “Que Aprueba La Convención Internacional Sobre La Eliminación De Todas Las Formas De Discriminación Racial“, condenamos en los términos expuestos, la discriminación racial y recordamos a las autoridades del Estado paraguayo, su deber al ratificar dicho Tratado de la ONU, de eliminar la discriminación racial en todas sus formas y a erradicar todo acto o práctica de discriminación racial contra personas, grupos de personas o instituciones y a velar por que todas las autoridades públicas e instituciones públicas, nacionales y locales, en particular personas individuales, actúen en conformidad con esta obligación; incluyendo conforme el artículo 4 de dicho instrumento internacional, la sanción penal de toda difusión de ideas basadas en la superioridad o en el odio racial, toda incitación a la discriminación racial, así como todo acto de violencia o toda incitación a cometer tales actos contra cualquier raza o grupo de personas de otro color u origen étnico, y toda asistencia a las actividades racistas.
En consonancia con el preámbulo de dicha Convención, la República del Paraguay se encuentra en el deber de proceder inmediatamente ante todo tipo de acto de discriminación racial en todas sus formas y manifestaciones y a prevenir y combatir las doctrinas y prácticas racistas con el fin de edificar una comunidad internacional libre de todas las formas de segregación y discriminación raciales. A su vez, afirmamos que el país no puede vivir una vida plenamente democrática cuando existen personas que menoscaban y discriminan a otros seres humanos, en términos resabiados que se fundan en una palpable cuanto soez ignorancia respecto al valor y riqueza de las culturas ancestrales que poseen por naturaleza los Pueblos Indígenas que habitan este país.
Más preocupante aún, este tipo de actos, que son punibles por el propio sistema penal de nuestro país, son realizados por personas que fungen de representantes de un sector de la sociedad paraguaya y son electos por el mismo, lo cual es aún más grave.
Nosotros los Pueblos Indígenas, tenemos derechos colectivos, tenemos derechos a vivir de formas diferente y diversa acordes a nuestra Cultura y ese reconocimiento no sólo lo hace la Constitución Nacional del Paraguay, sino varias leyes internacionales vigentes.
Si existe entre la población paraguaya, personas a quienes no le agradamos o les resulta incontenible expresar su rencor genocida hacia los Pueblos Indígenas, nos asiste la convicción que el peso de los valores democráticos habrá de imponerles a través de la Ley y de la censura pública y ciudadana, el respeto a nuestra dignidad humana, dado que resulta intolerable que el ODIO RACIAL se manifieste impunemente en nuestro país, que actualmente es integrante del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, y actitudes como esta lo deshonra.
Instamos a las autoridades nacionales, que tomen intervención a fin de que en el Paraguay pueda dar signos inequívocos de la vigencia de una Sociedad y Estados democráticos, tolerantes y pluralistas, organizados como Estado Social de Derecho tal como lo establece nuestra Constitución Nacional.