Fuente: EFE
La Federación por la Autodeterminación de los Pueblos Indígenas (FAPI) de Paraguay anunció hoy la campaña «Custodios de los Bosques», destinada a concienciar sobre la importancia de repoblar y conservar una foresta dañada por la deforestación y la extensión de la industria agropecuaria.
La organización, que representa a 12 asociaciones, quiere demostrar que los pueblos indígenas son los principales guardianes de los remanentes de los bosques del país y que el hecho de que continúen en su territorio beneficia «a todos los habitantes de Paraguay y del mundo».
«Lo más primordial es la conservación de los bosques, porque al tirar bosques matamos vidas, y empezar ya con el Gobierno y empresas a reforestar con semillas autóctonas», dijo a Efe el presidente de la FAPI, Hipolito Acevei, miembro del pueblo guaraní occidental.
La campaña consiste en cartelería que será dispuesta en lugares públicos y autobuses, charlas con estudiantes, vídeos y fotografías para medios de comunicación, entre otros, explicó.
Acevei destacó que la mitad oriental del país ya ha sido casi toda deforestada para dejar paso a monocultivos y zonas de pasto para ganado.
«El bosque Atlántico, característico del clima subtropical, casi ha desaparecido y el poco que queda está en lo que los no indígenas llaman reserva San Rafael, que es en realidad un lugar sagrado del pueblo mbya guaraní, que hasta hace muy poco vivía allí en aislamiento voluntario y que ahora está en contacto inicial», añadió.
Por otro lado, señaló al Chaco, región que ocupa la mitad occidental de Paraguay pero que también se extiende por los países vecinos Bolivia, Brasil y Argentina, como el lugar donde se están produciendo los mayores índices de deforestación actualmente.
«Y allí donde aún hay bosques es porque hay pueblos indígenas que los defienden, como el territorio de los ayoreo totobiegosode que si no fuera por su lucha diaria, las máquinas ya habrían entrado ilegalmente en su hogar ancestral», declaró Acevei.
Los ayoreo totobiegosode son el último grupo indígena que queda en aislamiento voluntario en América fuera de la Cuenca Amazónica y sus familiares que viven ya en contacto con la sociedad paraguaya exigen que se respete su forma de vida.
«Esta constante deforestación masiva nos preocupa mucho, por eso lanzamos esta campaña», admitió.
Durante la presentación de la campaña, realizada en el Centro Cultural de España Juan de Salazar, en Asunción, el líder indígena guaraní Ignacio Vargas pidió poner en marcha inmediatamente un gran plan estatal de reforestación para que el país recupere su naturaleza original de aquí a 30 o 40 años.
También intervino Tagüide Picanerai, miembro del pueblo ayoreo totobiegosode, quien denunció «la negligencia de las autoridades como la Secretaría del Ambiente o la Fiscalía que nos responden a nuestros reclamos».
«No vamos a abandonar nuestros territorios ancestrales, es nuestro modo de vida pasado, presente y futuro», afirmó.
La campaña de la FAPI, que cuenta con el apoyo de la Unión Europea y de las organizaciones Almáciga, Land is Life (Tierra es vida), Tebtebba y Rainforest Foundation, se extenderá también a las redes sociales bajo el título #Custodiosdelosbosques.
Paraguay perdió en el primer semestre de 2015 un total de 115.000 hectáreas de bosque, lo que equivale a un promedio de 27 hectáreas deforestadas cada hora, según las organizaciones paraguayas Base Investigaciones Sociales (Base IS) y Gente, Ambiente y Territorio (GAT).
La tasa de deforestación sitúa a Paraguay como el sexto país del mundo con mayor reducción de bosques, con la pérdida de unas 325.000 hectáreas anuales, según la Agencia de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Paraguay aprobó en 2004 una ley de Deforestación Cero, que rige para la región oriental del país hasta 2018, pero que no afecta a la región del Chaco, declarada reserva de la biosfera por Naciones Unidas y que registra una de las tasas de deforestación más altas del mundo, según la organización ambientalista local Guyra Paraguay.