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El secretario general de la OEA incluyó dos veces en su discurso una frase del documento elaborado por líderes indígenas

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oeaEl secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, incluyó dos veces en su discurso durante esta 44º Asamblea General realizada en Asunción, una parte del manifiesto elaborado por líderes indígenas de diferentes organizaciones.

Es así que durante sus palabras de bienvenida en el primer día de reunión con la sociedad civil, de la que también participaron representantes de la FAPI, ante unas 600 personas, destacó que los líderes indígenas con quienes se había reunido un día antes habían afirmado que no son vulnerables ni pobres sino que fueron vulnerabilizados y empobrecidos por las políticas asimilacionistas y programas de desarrollo excluyentes.

Esa frase forma parte en el manifiesto, donde dice: «(Los indígenas) reafirmamos que no somos VULNERABLES y POBRES, sino fuimos vulnerabilizados y empobrecidos por las políticas asimilacionistas y Programas de Desarrollo excluyente, impuestos y ejecutados sin el cumplimiento de nuestro derecho al Consentimiento Libre Previo e Informado en todo el Continente Americano».

Durante el acto inaugural de la Asamblea 

Luego, el martes 3 de junio por la noche, durante su discurso inaugural en el Banco Central del Paraguay, ante los demás cancilleres y el presidente del Paraguay, resaltó en un momento: «Me dijo ayer uno de sus dirigentes- ‘no somos pobres ni vulnerables, sino que hemos sido empobrecidos y vulnerabilizados’”.

Sus palabras textuales: «Ser mujer, pobre, indígena, afroamericano, migrante, discapacitado, homosexual o trabajador informal, significa tener en la sociedad una posición inicial desventajosa con relación a quienes no tienen ese género, condición económica, raza, estatus migratorio, características físicas, opción sexual o posición laboral. Generalmente estas categorías conllevan distintas condiciones económicas, acceso a servicios, protección pública, oportunidades de educación o empleo que terminan traduciéndose en exclusión social. Su gestación como categorías sociales podrá tener un distinto origen pero su efecto común será exponerlos al abuso, la exclusión y/o la discriminación. “Los indigenas” -me dijo ayer uno de sus dirigentes- “no somos pobres ni vulnerables, sino que hemos sido empobrecidos y vulnerabilizados”.

«En suma, a la vulnerabilidad económica, se unen, entre otras, las vulnerabilidades derivadas de:
– el desigual acceso a servicios públicos esenciales, como educación, salud, agua potable, vivienda, seguridad, transporte público;
– la discriminación que aún afecta a las mujeres, las poblaciones indígenas y afroamericana, los migrantes, los discapacitados y otros grupos socialmente vulnerables;
– las condiciones insuficientes en el ejercicio de derechos humanos, como el acceso a la justicia y la libertad de expresión;
– la informalidad laboral, que pone a un gran número de trabajadores en condiciones de precariedad en su empleo e ingreso, privándoles de la protección a que tienen derecho;
– las posibilidades desiguales de participación política, tanto en el ejercicio del sufragio como en la posibilidad de incidir efectivamente en la acción de las instituciones públicas».

«Ayer y hoy recordé sus palabras»

El martes 3 de junio, el último día de reunión del Secretario General y de los representantes de Estado con la sociedad civil, Don Hipólito Acevei, presidente de la FAPI, se acercó para entregarle la revista de la organización, momento en que el secretario le recordó que utilizó las palabras de los líderes que le habían entregado el documento. «Ayer y hoy recordé sus palabras», le dijo a Acevei.

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