Las tierras ancestrales del pueblo yshir ocupaban un poco más de 3.000.000 de hectáreas en el Pantanal paraguayo en 1932. Hoy por hoy, su población tiene acceso solo a unas 43.000 hectáreas. Algunas de sus tierras son reclamadas al Estado paraguayo desde hace tiempo, pues pasaron a manos de extranjeros pese a que la Constitución Nacional del Paraguay les garantiza el derecho a ellas.
Alexis Martínez, joven líder de la comunidad Loma, del Pueblo Guaraní Ñandeva, relata que la lucha por la titulación de sus tierras se remonta al año 1981. En este entonces, los líderes impulsaron a través del extinto Instituto de Bienestar Rural -IBR- (que se convirtió en Instituto de Desarrollo Rural y de la Tierra - INDERT -), el proceso de adjudicación de sus parcelas. Los líderes empezaron el proceso aprovechando que la dictadura militar de Alfredo Stroessner se vio obligada a aprobar nuevas leyes que reconocían los derechos de los Pueblos Indígenas.
Polvo, tierra colorada y soja, un océano de soja. Así es el paisaje que observa Ña Tola, desde San Juan Nepomuceno hasta su comunidad Ypeti de Caazapá. Son 80 kilómetros de un camino de tierra en medio de sojales que la lideresa de la Asociación de Comunidades Indígenas Mbya Guaraní “Tekoa Yma Jehe’a Pavë” transita a menudo, mientras lucha en defensa de los bosques.
El año 2020 no solamente será recordado por ser el de la pandemia del Covid-19 sino que a nivel ambiental tendrá el ingrato recuerdo de haber sido uno de los años con la mayor cantidad de incendios que se registró en Paraguay. Solamente en octubre de ese año, todo el territorio paraguayo registró 12.000 focos de incendios. En la región Oriental, que converge al Bosque Atlántico Alto Paraná (BAAPA) el fuego destruyó miles de hectáreas de áreas protegidas, lo que acabó con una cantidad de especies en flora y fauna que aún los investigadores no tienen forma de cuantificar, pero los especialistas hablan de daños irreparables.
Es como una foto que se repite en miles de imágenes iguales, casi como un paisaje único a lo largo y ancho de las rutas que atraviesan toda la región Oriental de Paraguay, especialmente, en las zonas que corresponden al territorio del Bosque Atlántico Alto Paraná (BAAPA), que abarca 10 departamentos del país: Amambay, Paraguarí, Concepción, Canindeyú, Caazapá, Alto Paraná, Caaguazú, San Pedro, Guairá e Itapúa. En esta región, la deforestación arrasó con 1.282.989 hectáreas de cobertura forestal desde 2001 hasta 2019, según los registros satelitales de la Global Forest Watch (GFW). La misma dimensión que suman Central, Paraguarí y Asunción juntos.
La violación de los derechos básicos universales vinculados al medio ambiente tiene un lazo común en Paraguay: se relaciona con los asuntos forestales y el agronegocio. Las comunidades campesinas y principalmente las indígenas, sufren constantes atropellos a sus derechos, además de soportar necesidades básicas insatisfechas como agua potable, el acceso a la tierra y seguridad alimentaria.
Los ayoreo totobiegosode son el único pueblo indígena en aislamiento voluntario en América fuera de la Amazonía. Desde Paraguay, como guardianes forzados de su bosque, el Gran Chaco sudamericano, luchan para proteger miles de árboles de la tala ilegal, que incluso continúa en medio de la crisis mundial provocada por la covid-19.
Este material fue elaborado como resultado de talleres colaborativos iniciados en febrero del 2020 entre organizaciones de la sociedad civil para la elaboración del reporte “Empresas, Derechos Humanos y Medio Ambiente”, en el marco del tercer ciclo del Examen Periódico Universal de Paraguay. Posterior a la presentación del documento ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, un equipo de periodistas escribieron los siguientes 20 artículos del dossier que visibilizan la relación entre las violaciones de Derechos Humanos con los derechos ambientales.
Las organizaciones que acompañaron el proceso de elaboración son: FAPI (Federación por la Autodeterminación de los Pueblos Indígenas), Alter Vida, Grupo SUNU, Fundación Plurales, UCINY (Unión de Comunidades Indígenas de la Nación Yshir), OMIG (Organización de Mujeres Indígenas Guaraní), Organización de Mujeres Artesanas Ayoreas 7 clanes, OMMI (Organización de Mujeres Mismo Indígena), PCI (Pro Comunidades Indígenas), Asociación Eco Pantanal, CDPI (Consejo de Pueblos Indígenas) y WWF-Paraguay.
Esta publicación fue posible gracias al apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Holanda.